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Ni melodías, ni palabras

Bajo el asfalto asoman los adoquines. Bajo estos asoma la cal y el arena. Ahí antes hubo floridos arbustos, acequias con berros y vegetales. Olia a boldos, humo de rukas y guano de pajaros. Chacras regadas por el Mapocho. Ahora es pestilencia de escapes a petroleo, bocinazos. Llegaron armados y ya no hubo pastizales ovejas o kiltros. El humo de las rukas no inundo de olor a leña las llanuras. El Huelen ardió por los cuatro costados. Las asequias transparentes no llenaron de lodo el juego de los peñis. Despues de las carretas y tranvias se rasgo la tierra y las vegas se llenaron de trenes subterráneos. Nos fuimos hundiendo metiendonos para adentro y mi risa nunca mas fue de otros y sus llantos fueron ahogos. Todo esto sucedio después de adoquinar la tierra, de asfaltar los adoquines. Crecieron los rascacielos amurallaron el rio sellaron con hormigon los causes transparentes. Arrinconaron los bosques y los miles los m

Nieve del 71

Tenia  16 años, andaba cada dia celebrando mi revolucion. Mia por que venia desde mi abuelo con Marmaduque. Mia por que de costurera mi madre la hilvanaba. Mia por que de un escritorio publico mi padre la armaba. Como hoy, julio 2017 caia la nieve sobre las plazas de Maipu. En ese 71 era mas bella la calle solo tierra y nieve. Mi revolucion y la nieve. Mi  Allende Mi pueblo combativo. Era otra la nieve, mas calida penetraba el alma jugabamos en la pobla y nadie cerraba las puertas, entrabamos a tu casa o la mia, sin cerrojos. Abria la puerta de mañanas y tomaba desayuno mientras regresabas del liceo, no era mi casa pero era tan mia. Sin dudas era otra la nieve y tomaban mis hermanas la leche tibia que se las daba mi revolucion. Hoy caen mis lagrimas junto a la nieve. Los mismos del poder economico, fueron ayer los que me arrebataron mi revolucion. Asomado a la ventana con mi amor. Acurrucados miramos los copos sobre las hojas del

Tan simple

Tan simple el amor. Dulce miel adobada de luces y sombras. No pude gritar mas fuerte tu nombre. Los silencios hieren como las corcheas en un calendario. Eras la canción preferida de mis sueños. Y llegaba a casa a lavar la rutina en una espesa lavasa. Pero convertía las flores en rojos clavelines. Aun seguirán sonrojando a los zorzales. No pude amarte mas porque  todo el amor estaba derramado en nuestra alcoba. Se escurría por cada espacio Bajo los muebles En el cubrecamas las tazas y vasos. Acaso no viste que caminaba como una oruga entre las plantas. No me viste vestido de oruga caminando como un prendedor en tu pecho. Déjame  llevar ramitas a nuestra alcoba, Haremos un nido De plumas, Recortes de primavera cinturones de estrellas Amarremos  con madreselvas y pasionarias la esperanza. Y sigamos, una  y otra ves porfiando este amor aunque me distraigan los niños jugando bajo el dintel en n
Escultura para Laura Recorrí la casa mirando como las piedras o los troncos relucían caracolas. Aquellos fierros oxidados, los escombros metálicos eran un Leftaro, un Colin con lanzas apuntando al firmamento. Pensando en tu cara rosada recogí plumitas de gallinetas. Recogí las hojas secas y quería irte trayendo en mis pasos Sentía las manos esculpir la madera y pensaba en mis manos palpitantes en cada espacio de tu cuerpo. Mi dedo entre tus labios mis labios en el botón de tu pezón. Otro atardecer vendrás conmigo y entre las esculturas en un tronco desnudo mas allá del ojo y de la mano descubriremos el ciruelo iracundo arrastrado por el viento. Vendrás amor a buscar entre las estatuas y las esculturas de una plaza imaginaria, el origen, la piedra y el granito puro el ciruelo, el raulí, el oregón que se abrió con las manos del ar

La perversión del modelito.

- A propósito del aniversario del fallecimiento del Alejandro, el Stuard, el fotógrafo, el poeta, el cantautor, el amigo, el peñi, el hermano pero por sobretodo el compañero. Es difícil no pensarlo en la marcha del 11 con sus grandes pasos sobresaliendo entre la multitud con su cámara fotográfica y amplia sonrisa. Difícil no recordar las tertulias eternas en su departamento. El vino compartido, un poema sonando entre los edificios del centro de Santiago más amable entre guitarreos y cariños.  Tantas veces fue el punto de partida para un programa solidario en alguna huelga, sindicato, toma de terrenos o de colegios , quizás punto final para algún patiperro o visita de provincias o extranjeros que, por ahorrar unas monedas eran bienvenidos al  hogar de este gran ser. Pero què mierda, no está físicamente,  se marchò su cuerpo de gigante,  eso es claro pero aùn se siente  su porte dulce y amable, tierno e incansable. Podríamos habernos juntado los del Kolectivo Kahuin, aquellos qu

Mi casa de fantasías.-

Te contare que vivo en una casa donde en el jardín crece una planta de zapallo gigante, sus hojas y tallos cubren las paredes y trepan al techo. También en ese mismo espacio hay dos crespas de rastas muy negritas que parecen ovejas motudas, ellas son dos perritas que detrás de sus melenas miran dulces y cariñosas que corren una tras la otra rodeando el zapallo. A  veces ellas discuten en su idioma de perritas con unos zorzales  que escapan con unos granos de su comida, también se llevan en su pico unas motas de pelos, seguro para abrigar en nido para este invierno que se aproxima. A mi jardín llegan amigos con sus guitarras y el jardín se transforma en un escenario por todos lados vuelan melodías y blancas y corcheas por cada rincón hay llaves de sol. Es todo muy alegre y reímos. Adentro de la casa quedan pocas paredes vacías, pero no, no es el zapallo je, je, son los estantes de libros, películas y discos con música que copan  todos los espacios. Donde una porción de muro

Crecer en ti.

Dejar             semillas                         dentro. Entre los             labios                         abrir el surco en el             intestino                         en medio                                    del vientre. Esperar             que las ramas                                    asomen desde             tus ojos. Crezcan             hojas                      y salgan                                    flores entre             los lóbulos                              por tus                                         pupilas desde             el ombligo. Tender             mis ropas.                            mis camisas                                                arrugadas ver      flamear                  mis calcetines. Trepar             por el tronco hasta             tocar                         tu cabeza y desde             la copa                         mirar