Escultura para Laura
Recorrí
la casa
mirando
como las
piedras
o los
troncos
relucían
caracolas.
Aquellos
fierros
oxidados,
los
escombros
metálicos
eran un
Leftaro,
un Colin
con lanzas
apuntando
al
firmamento.
Pensando
en tu cara
rosada
recogí
plumitas
de
gallinetas.
Recogí
las hojas
secas
y quería
irte
trayendo
en mis pasos
Sentía
las manos
esculpir
la madera
y pensaba
en mis manos
palpitantes
en cada
espacio
de tu
cuerpo.
Mi dedo
entre tus
labios
mis labios
en el botón
de tu pezón.
Otro
atardecer
vendrás
conmigo
y entre
las
esculturas
en un tronco
desnudo
mas allá
del ojo
y de la mano
descubriremos
el ciruelo
iracundo
arrastrado
por el
viento.
Vendrás
amor
a buscar
entre
las estatuas
y las
esculturas
de una plaza
imaginaria,
el origen,
la piedra
y el granito
puro
el ciruelo,
el raulí,
el oregón
que se abrió
con las
manos
del artesano
para mostrar
su alma
como abro
tus
extremidades
para
encontrarme
en tu amor.
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