Tan simple el amor.
Dulce miel adobada
de luces y sombras.
No pude gritar
mas fuerte tu nombre.
Los silencios hieren
como las corcheas
Eras la canción
preferida de mis sueños.
Y llegaba a casa
a lavar la rutina
en una espesa lavasa.
Pero convertía las flores
en rojos clavelines.
Aun seguirán sonrojando
a los zorzales.
No pude amarte mas
porque todo el amor
estaba derramado
en nuestra alcoba.
Se escurría por
cada espacio
Bajo los muebles
En el cubrecamas
las tazas y vasos.
Acaso no viste que
caminaba como una oruga
entre las plantas.
No me viste
vestido de oruga
caminando como
un prendedor en tu pecho.
Déjame llevar ramitas
a nuestra alcoba,
Haremos un nido
De plumas,
Recortes de primavera
cinturones de estrellas
Amarremos con
madreselvas
la esperanza.
Y sigamos,
una y otra ves
porfiando este amor
aunque me distraigan
los niños jugando
bajo el dintel
en nuestra casa
y siempre sea un
perdido en el tiempo
de llamarte.
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